Autonomía en el estudio

Hoy en día el aprendizaje escolar se define como un proceso cuyo objetivo no es únicamente “almacenar conocimientos”, sino aprender las estrategias más adecuadas para seleccionar, procesar y utilizar las informaciones (Mandler, 1984; Zimmerman, 1990; Cornoldi, 1995; Mazzoni, 2001). Estas estrategias implican, además de las propias habilidades del estudiante, componentes motivacionales, sociales y emotivo-relacionales. Se trata entonces, de aprender a aprender ( Pozo, 1990; Martín, 2003).

El aprendizaje es un proceso de construcción y desarrollo de informaciones, que produce cambios del comportamiento, relacionales y cambios en la manera de pensar del alumno. Los niños empiezan a aprender desde el nacimiento en sus relaciones con el ambiente y las personas significativas que les rodean.

Ya desde la escuelaschool-1974369_1920 infantil, el aprendizaje escolar está estructurado de una forma estandarizada para todos los alumnos, según un programa oficial acorde con la edad del alumno. Además de lo establecido en estos programas, el alumno desarrolla su forma personal de aprender, su estrategia para enfrentarse a las tareas y encontrar su lugar en el grupo clase. Es decir, empieza a desarrollar sus estrategias y técnicas de estudio, de organización, auto-observación y de adaptación a las exigencias del entorno tanto escolar como familiar.


Estudios actuales subrayan la importancia de favorecer el proceso de aprendizaje autorregulado del alumno desde las primeras etapas escolares. El aprendizaje autorregulado es un proceso activo en el  cual el estudiante establece “los objetivos que guían su aprendizaje intentando regular y controlar su cognición, motivación y comportamiento” (Rosário 2004, p. 37). Es decir, que consiste en desarrollar formas de aprendizaje autónomo y efectivo que implican metacognición, motivación y acción estratégica (Perry, 2002). En la base de todo esto, es fundamental que el alumno tome conciencia del por qué y para qué aprender.

Según Zimmerman (Figura 1), el proceso de aprendizaje autorregulado se da en tres fases que interactúan influyéndose mutuamente de forma cíclica:

  • una fase previa de análisis de la tarea a realizar (entender qué hay que hacer y planificar cómo hacerlo – objetivos),
  • una fase de realización de la tarea en sí,
  • una última fase en la que el alumno realiza una auto-evaluación acerca de su desempeño en la tarea (qué resultado ha alcanzado, cuánto y cómo lo ha trabajado y qué ha influido en el resultado final).

Fases del ciclo de aprendizaje: fase previa, fase de realización y auto-reflexión


¿Cómo se desarrolla esta autonomía?

Los procesos de autorregulación como el establecimiento de metas u objetivos, el uso de estrategias o la auto-evaluación pueden aprenderse a través de la instrucción y modelado de los padres, profesores e incluso de los pares (Johnson y Johnson, 1986; Slavin, 1989; Totten, Sills, Digby y Russ, 1991; Zimmerman, 2002, Vermette, Harper y DeMillo, 2004). Este aprendizaje puede conducir a un aumento tanto de la motivación como de los logros académicos de los estudiantes (Schunck y Zimmerman, 1998).

La autonomía en el aprendizaje es el resultado de un proceso complejo basado en dos aspectos claves desde las primeras etapas escolares:

  1. entender el cómo, el por qué y el para qué de las distintas estrategias de estudio (e.j. ¿por qué hacer un esquema o resumir un texto?);
  2. valorarse a uno mismo y los propios resultados según los objetivos que se hayan establecido (auto-evaluación).

school-909381_1920Por un lado, las técnicas de estudio se aprenden y desarrollan en un ambiente motivador y bajo la guía de enseñantes y compañeros “más expertos”. Aunque se basan en los contenidos establecidos en el currículum académico, van más allá de los mismos, proporcionando a los alumnos las herramientas necesarias para enfrentarse al estudio de forma autónoma y efectiva.

De esta manera, a través del modelado y la práctica guiada, el alumno aprende a utilizar y comprender cómo funcionan las distintas estrategias de aprendizaje, la planificación del tiempo, a establecer metas, a focalizar la atención, etc.

Por otro lado, el proceso de auto-evaluación está estrechamente relacionado con cómo el alumno se ve a sí mismo, sus éxitos y fracasos, y debería desarrollarse en un ambiente que, además de enseñar estrategias cognitivas y de autorregulación, favorezca experiencias positivas de aprendizaje.

El alumno aprende a auto-evaluarse a través de la guía de un experto que sepa estimular también la adquisición de hábitos de auto-observación, la realización de valoraciones constructivas del propio desempeño, ayudar a identificar los aspectos relevantes de su actuación, la adecuación de las estrategias y procedimientos utilizados y las áreas de mejora en relación con los resultados obtenidos.

¿Cuál es el papel de la familia y de la escuela?

El rol de la familia y la escuela es proporcionar instrumentos de autorregulación, motivación y autoconciencia para que el alumno pueda progresivamente ejecutar de forma independiente las estrategias que considere que mejor se ajustan a sus capacidades, a los contenidos de estudio y a las distintas condiciones con las que puedan encontrarse a lo largo de su vida académica.


Referencias

  • Cornoldi, C. (1995) Metacognizione e apprendimento, Il Mulino, Bologna.
  • Johnson, R. T., & Johnson, D. W. (1986). Action research: cooperative learning in the science classroom. Science and Children, 24, 31-32.
  • Mandler, J.M. (1984) Stories, scripts and scenes: aspects of schema theory, Erlbaum, Mahaw (NJ).
  • Martin, E. (2003) Conclusiones: un artículo para desarrollar la autonomía del estudiante. En C. Monereo y J.L. Pozo (Eds) La universidad ante la nueva cultura educativa. Enseñar y aprender para la autonomía (pp. 285-292). Madrid: Síntesis.
  • Mazzoni, G. (2001) I processi cognitivi nell’apprendimento scolastico, Carocci, Roma.
  • Núñez, J.C, Solano, P., González-Pienda, J.A., Rosário, P. (2006) El aprendizaje autorregulado como medio y meta de la educación. Papeles del Psicólogo 2006. 27 (3), 139-146.
  • Perry, N.E. (2002). Introduction: Using qualitative methods to enrich understandings of self-regulated learning. Educational Psychologist, 37(1), 1-3.
  • Pozo, J.L. (1990) Estrategias de aprendizaje. En C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (Eds) Desarrollo psicológico y educación, II. Psicología de la educación (pp. 199-221). Madrid: Alianza.
  • Rosário, P. (2004) Estudar o estudar: as (des)venturas do testas. Porto: Porto Editora.
  • Rosário, P., Núñez, J., y González-Pienda, J. (2004). Stories that show how to study and how to learn: an experience in Portuguese school system. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, (1), 131-144.
  • Schunck, D.H. y Zimmerman, M.J. (1998) Conclusions and future directions for academic interventions. En D.H. Schunk y M.J. Zimmerman (Eds) Self-regulated learning: from teaching to self-reflective practice. (pp-225-234) Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates, Inc.
  • Slavin, R. E. (1989). Research on cooperative learning: an international perspective. Scandinavian Journal of Educational Research, 33(4), 231-243.
  • Totten, S., Sills, T., Digby, A., & Russ, P. (1991). Cooperative learning: a guide to research. Nueva York: Garland.
  • Vermette, P., Harper, L. J., & DeMillo, M. (2004). Cooperative and collaborative learning with 4-8 year olds: how does research support teachers’ practice? Journal of Instructional Psychology, 31(2), 130-134.
  • Vygotsky, L. S. (1930/1931/1933) Mind in society. Cambridge, Massachussets: Harvard University Press, 1978.
  • Zimmerman, B.J. (1990) Self-regulated academic learning and achievement. The emergence of a social-cognitive perspective. Educational Psychology Review, 2; pp.173-201.
  • Zimmerman, B.J. (2000) Attaining self-regulation. A social cognitive perspectives. En M. Boekaerts, P.R. Pintrich y M. Zeidner (Eds) Handbook of self-regulation (pp.13-39). London, UK: Academic Press.
  • Zimmerman, B.J. (2001) Theories of self-regulated learning and academic achievement: An overview and analysis. En B.J. Zimmerman y D.H. Schunk (eds) Self-regulated learning and academic achievement: Theoretical perspectives. (2ª ed; 1-38) Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates, Inc.
  • Zimmerman, B.J. (2002) Becoming a self-regulated learner: an overview. Theory into practice, 41 (2), 64-70.

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