Rocío es una niña de 7 años derivada por el pediatra para una evaluación psicológica y posible tratamiento tras haber presentado varias crisis de ansiedad. Los padres manifiestan su preocupación acerca de las crisis de la hija, que se caracterizan por temblores, dolor abdominal, mareo, vómitos e hiperventilación. La niña informa tener miedo en esas ocasiones. La primera crisis se produjo cuando tenía 6 años y, hasta el momento, se han producido al menos cuatro más. Las crisis no parecen relacionadas a factores desencadenantes. Los padres informan de que Rocío presenta también quejas somáticas recurrentes (cefaleas, dolor de piernas, náuseas, dolor de garganta), temores sobre posibles enfermedades, miedo a la muerte, a la oscuridad, a la soledad y un estado afectivo triste. Todos los síntomas se intensifican momentos antes de acostarse, sobre todo en presencia de la madre que, en ocasiones, se angustia y llama al padre para que calme a la niña.
Rocío fue una niña muy deseada, nació a término, no hubo problemas durante el embarazo ni el parto. La madre describe la relación con su hija como algo especial, apuntando que siempre han estado muy unidas y se hacen compañía. Rocío tomó 15 días el pecho y después pasó al biberón, porque no le alimentaba. Presentó siempre una buena tolerancia a los cambios en la alimentación y, en la actualidad, come con ansiedad y dice tener hambre constantemente. Siempre ha presentado dificultades en el sueño. El primer año dormía en la cuna en la habitación de los padres. Desde que la cambiaron a su propia habitación, se levanta por las noches y se va a la cama de los padres y, en ocasiones, tiene pesadillas. Alarga cuanto puede el momento de irse a dormir, esperando al padre. A veces la madre y la niña se quedan dormidas en el salón y es el padre quien las acuesta cuando llega de trabajar. Empezó a andar hacia el año, alcanzó el control de esfínteres alrededor de los 2 años y desarrolló del lenguaje sin dificultades. Se escolarizó en la guardería a los dos años y medio presentando dificultades para dormir la siesta, ya que quería “que fuera siempre de día”. Presenta un buen rendimiento en el colegio (en su curso correspondiente de primaria) y buenas relaciones con los profesores y compañeros.
En casa la madre la viste y la ducha: la niña le dice frecuentemente a su madre que “quiere ser pequeña y no crecer nunca”. Los padres la describen como muy obediente, responsable y reservada. El padre tiene 40 años, es propietario de un restaurante, trabaja todo el día y vuelve a casa sobre las 0.30h. La madre tiene 39 años y trabaja en el restaurante por la mañana. Rocío tiene una hermana menor, de 4 años. La madre y las niñas comen a diario en casa de los abuelos maternos y pasan con ellos toda la tarde. Hasta que nació la hermana pequeña, la madre trabajaba también todo el día en el restaurante y Rocío quedaba al cuidado de la abuela hasta que los padres llagaban por la noche, pero no se quedaba dormida hasta que los padres la recogían. La abuela es permisiva y hace todo lo que quieren las nietas, mientras que el abuelo es más estricto. Rocío y su hermana prefieren que el abuelo no esté y la madre dice que también a ella le pasaba lo mismo cuando era pequeña. La madre informa que ella también es bastante ansiosa como Rocío y ha tenido alguna crisis de ansiedad sin motivo aparente, asociada a dolores de cabeza y garganta. El padre se muestra más firme frente a las quejas y reacciones de la niña y piensa que la madre es demasiado blanda. La madre se queja de que el padre está todo el día trabajando y ella está siempre sola con las niñas.
¿De qué se trata y qué hacer?
Con Rocío
- Los síntomas más importantes a considerar para realizar un diagnóstico son las dificultades de sueño, alimentación y elevada ansiedad.
- En términos generales, el cuadro clínico se podría situar en la esfera de dificultades en el proceso de separación-individuación.
- Según la CIE-10 se podría aplicar el diagnóstico de Trastorno de Separación en la infancia.
- El primer objetivo terapéutico con la niña es establecer una alianza terapéutica.
- Es necesario trabajar con la niña, a lo largo del tratamiento, el papel que juegan los síntomas somáticos y la ansiedad en la relación con la madre.
- Para iniciar un tratamiento de psicoterapia de orientación dinámica, en este caso es necesario analizar el foco del conflicto y marcar objetivos terapéuticos en un tiempo limitado.
Con la familia
- En caso de activar un tratamiento de psicoterapia de orientación dinámica, el enfoque más adecuado sería una psicoterapia con técnica de juego con la niña y entrevistas con los padres.
Con los padres
- La figura materna presenta características de fragilidad, ansiedad y dependencia.
- La figura paterna presenta características de contenedor pero ausente.
- En las entrevistas de evaluación, de cara a un posible tratamiento, es necesario valorar la vivencia de malestar de la niña.
- Con los padres sería necesario trabajar la dependencia de la madre en relación con la niña.
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