Psicología clínica del desarrollo

La psicología clínica del desarrollo es un área de estudio y aplicación de la psicología que se ocupa de las dificultades y de los trastornos que pueden aparecer durante el desarrollo del niño; detecta, investiga e interviene para ofrecer apoyo al niño y a su familia, con el objeto de lograr la mejor adaptación social y cognitiva posible. Su manera de proceder empieza por el diagnóstico para después pasar a la planificación de intervenciones para la educación especial, la rehabilitación, la activación funcional y la psicoterapia.
Se basa en la idea de que la vida psíquica es un conjunto de actividades estrechamente relacionadas con la vida orgánica y con las relaciones interpersonales. Así, las actividades psíquicas se pueden dividir en dos grupos: las relacionadas principalmente con los procesos de pensamiento e intelectuales; y las actividades más relacionadas con las emociones y la afectividad. En consecuencia, un trastorno mental puede conducir a una desarmonía y a un desequilibrio entre estos diferentes aspectos: o por el prevalecer uno sobre otro o por la falta de funcionamiento de uno de ellos.

Independientemente del enfoque teórico, los psicólogos modernos están de acuerdo en considerar el desarrollo humano como un proceso complejo, en el que el niño y el contexto relacional constituyen agentes activos e interrelacionados y que se influyen recíprocamente. Así, dicho desarrollo se ve influenciado por una serie de factores (genéticos, biológicos, funcionales, interactivos y culturales) que promueven el desarrollo psíquico del niño (cognitivo y afectivo-relacional).
El desarrollo infantil es un proceso activo de co-construcción de la realidad (Bruner 1991), en el marco de una relación suficientemente buena (Winnicott 1971), que se establece a partir de la genética de base (Kagan, 1994, 2010), unida a los efectos de relaciones significativas (Greenspan, 1997; Treverthen 1993, Stern 1985; Bowlby, 1988), dentro de un complejo sistema social y cultural (Lave y Wenger, 1991; Ratner 2002).
Psicología Evolutiva y de la Educación

La psicología evolutiva y de la educación es un área de estudio y aplicación de la psicología que se ocupa del desarrollo humano y de sus experiencias de aprendizaje. Va dirigida a las interacciones y experiencias necesarias para que el niño, adolescente o el adulto puedan desarrollar competencias cognitivas, emocionales y relacionales en un proceso continuo de co-construcción del propio Yo, en interacción con el ambiente social y cultural.
Desde esta perspectiva los métodos de enseñanza son una herramienta para la gestión de la relación entre profesor y estudiante, también sirven para estructurar la forma en que el profesor activa y estimula los procesos de aprendizaje de sus alumnos.
Aprender es una fuente de cambio tanto a nivel de comportamiento manifiesto como a nivel de la forma en que se pueda utilizar el conocimiento. Desde esta perspectiva, más que una transferencia pasiva de información, el aprendizaje es un proceso activo de construcción del conocimiento a través del cual se comparten significados. Por lo tanto, se trata de un proceso continuo de adquisición, elaboración y transformación de antiguas y nuevas informaciones, en un contexto relacional que incluya al estudiante, al grupo clase, al maestro, la escuela, la familia y, de forma ampliada, el contexto socio-cultural.

Desde el punto de vista del alumno, el aprendizaje escolar implica varias habilidades cognitivas: atención, memoria (declarativa, procedimental, a corto y largo plazo), exploración, competencias visoespaciales, ejecutivas, fonológicas, de meta-representación, etc. No menos importantes, sin embargo, son los aspectos contextuales, que implican componentes motivacionales, relacionales y emocionales.
En resumen, el aprendizaje es un proceso de construcción y desarrollo de la información que produce cambios en el comportamiento, relacionales, en las representaciones, exige contenidos claros y accesibles (ergonómicos), que se debatan activamente en un ambiente amistoso, incluyente, dispuesto a escuchar y compartir las experiencias y los significados, en la mayoría de los casos con la mediación del educador.
Educación Especial

Con el término Educación Especial se entiende un programa de intervención educativa y de rehabilitación dirigido a niños y adultos con un trastorno o discapacidad, con el fin de apoyar el desarrollo y el mantenimiento de competencias personales, comunicativas y sociales para la mejor adaptación posible a la vida cotidiana.
Una intervención de educación especial requiere la integración y el trabajo en red de diferentes profesionales (psicólogo, neuropsiquiatra, rehabilitador), con la escuela (los profesores de aula y de apoyo) y con la familia. La sinergia de las intervenciones terapéuticas y de rehabilitación, así como la educación y la participación de la familia, permite el intercambio de la información necesaria para comprender al individuo, su estado, las necesidades y los límites, las áreas de desarrollo proximal y el proceso de desarrollo activado por las intervenciones.
A partir de un diagnóstico funcional, que evidencie los puntos fuertes y las dificultades, el objetivo es apoyar el desarrollo de las principales áreas de funcionamiento y, a través de ellas, trabajar sobre las áreas donde hay mayores dificultades. Las áreas funcionales que se toman más en cuenta están relacionadas con la comunicación (recepción, expresión), las competencias de la vida cotidiana (cuidado personal y autonomía cotidiana, reglas de comunidad), la socialización (relaciones interpersonales, juego y tiempo libre, reglas sociales) y las habilidades motrices (motricidad gruesa y motricidad fina).

Los objetivos de autonomía y de integración pueden lograrse a través de intervenciones específicas de rehabilitación, que permitan la experimentación, la adquisición y el mantenimiento de competencias que se pueden extrapolar a diferentes contextos sociales. Para las personas con un mayor nivel de funcionamiento, uno de los objetivos es la integración en el mundo laboral y en una vida adulta lo más independientemente posible.
Las intervenciones realizadas en el ámbito escolar o extraescolar tienen la finalidad de promover un desarrollo armonioso de la persona, dirigido a la autonomía personal, apoyando las modalidades y las estrategias relacionales del individuo, proporcionándole la posibilidad de experiencias de integración e intercambio dentro del grupo de pares.
Atención y Estimulación Temprana

La Atención y Estimulación Temprana se dedica a cuidar del desarrollo global del niño durante los primeros años de su vida, en colaboración con su familia y del entorno.
A través de diferentes instrumentos de evaluación y sistemas de observación de la conducta, del juego y de la interacción, se dedica a detectar señales e indicadores precoces de posibles dificultades del niño ya en sus primeros años de vida.
Se parte del presupuesto de que la detección temprana de posibles dificultades cognitivas, emotivo-relacionales, motoras o de adaptación pueden conducir a una mejor calidad de vida para el niño y para su familia. Por esta razón si un niño carece de ciertos hitos evolutivos, o presenta comportamientos no esperables en el desarrollo, es fundamental que se consulte lo antes posible a un experto.

Antes de los tres años de vida la detección temprana de posibles dificultades en el desarrollo se configura como un conjunto de observaciones actuales e índices predictivos, capaces de medir un factor de riesgo, señalando posibles dificultades futuras. En este sentido la detección temprana no tiene el objetivo de diagnosticar con certeza la presencia de un trastorno, sino de identificar, con un cierto grado de confianza, si el niño está en riesgo de una particular dificultad o discapacidad.
Se abre así la posibilidad de una intervención precoz capaz de prevenir complicaciones secundarias derivadas del aislamiento y de la falta de integración social. Cualquier intervención especializada (educativa, rehabilitativa y psicológica), incluso en caso de las discapacidades más graves, permite desarrollar al máximo los componentes no afectados por el trastorno o la dificultad.
Escuela de familia

Una escuela de familia se estructura a través de cursos, talleres y actividades de formación centrados en el desarrollo del hijo desde el embarazo hasta la adolescencia y en las creencias de los padres.
En general, la espera de un hijo y su posterior crianza es una tarea que implica grandes cambios en la vida, evolucionando durante las diferentes etapas de desarrollo del niño y del adolescente.
Inevitablemente para los padres, ya desde el embarazo, se plantean múltiples cuestiones acerca de comportamientos, conocimientos, cuidado y educación de los hijos: ¿qué tipo de padre quiero ser?, ¿cómo sé si lo estoy haciendo bien?
Las respuestas a estas preguntas influyen en el estilo educativo, en la comunicación y en la forma de relacionarse en familia. Por esta razón, en cualquier etapa de desarrollo del hijo puede nacer la necesidad de reflexionar sobre el propio rol como padres, compartir experiencias y buscar soluciones personalizadas. En estos casos, la participación en grupos de formación puede ofrecer nuevos conocimientos, una oportunidad para profundizar en distintos aspectos de la parentalidad, prepararse y prevenir posibles dificultades.
“Counselling” o asesoramiento psicológico

El término “counselling” es un término que comprende diversas áreas de trabajo psicológico y que apunta a la prevención y atención de problemas de la vida cotidiana o conflictos relacionados con crisis vitales tales como el el futuro profesional, relaciones de pareja, el nacimiento de un hijo, conciliación familiar, comunicación etc.
Su objetivo es potenciar las capacidades y habilidades del consultante en la solución de un problema o situación concreta, apoyándole y guiándole hasta la consecución de los objetivos que él mismo haya establecido.
Psicoterapias

Psicoterapia es el nombre que se da en general a cualquier tipo de tratamiento de las dificultades psicológicas o de los trastornos psiquiátricos que se basa principalmente en la comunicación, verbal y no verbal, con el paciente. En el caso de la psicoterapia con niños, a la comunicación no verbal se le añade el juego.
Las psicoterapias pueden clasificarse según la orientación teórica en que se fundamentan (psicoanalítica, psicodinámica, sistémica, cognitivo-conductual, Gestalt, suggestiva etc.), el número de participantes (individual, de grupo, de pareja, de familia) o la duración del tratamiento (a corto, largo plazo).
La psicoterapia a corto plazo plantea una duración que oscila entre 5 y 20 sesiones donde el paciente está informado desde el principio acerca del número de sesiones que realizará. La técnica se basa en la comprensión del problema, la formulación de una hipótesis sobre la cual se planteará un tratamiento de duración limitada. Se individua un enfoque, el terapeuta dirige al paciente a la comprensión de este punto focal. El terapeuta asume un rol activo y utiliza preguntas, explicaciones, clarificaciones y está centrado en el problema.

La técnica de la psicoterapia psicoanalítica se basa en la resolución de los conflictos internos de la persona a través de la transferencia. El objetivo es lograr un cambio sustancial y duradero de la personalidad, su maduración a través de la resolución del conflicto que generalmente se reconduce a las etapas del desarrollo infantil. El setting está muy estructurado. La duración del tratamiento es de 3-5 sesiones a la semana durante un número variable de años (por lo menos 4). Los procedimientos en los que se basa son: la libre asociación, la interpretación de los sueños, el análisis del transfert. Las indicaciones originales eran el tratamiento de la neurosis, aunque modificaciones de la técnica también permiten tratar la psicosis y trastornos borderline. La edad oscila entre los 15 y los 45 años.
En la técnica de la psicoterapia psicodinámica el paciente y terapeuta están cara a cara, la frecuencia es semanal, el tiempo es inferior a la psicoanalítica (1-3 años). El terapeuta tiene una actitud menos neutra, más activa: además de la interpretación, el terapeuta explica, hace preguntas y comentarios. El objetivo es la reducción de los síntomas, el fortalecimiento del Yo y de las defensas útiles y adaptativas. Se pueden tratar también síntomas psicóticos y borderline, el espectro de edad es más amplio.
La psicoterapia de apoyo es similar al enfoque de la psicoterapia psicodinámica, pero no interpreta la transferencia. La acción interpretativa está limitada y el terapeuta asume un papel de apoyo y refuerzo. Se indica cuando la introspección psicológica no permite el desarrollo de la transferencia o cuando los mecanismos de defensa son muy frágiles. Está indicada para los trastornos del carácter.

Las psicoterapias con orientación cognitivo-conductual son particularmente resonantes en el tratamiento de la fobia, de los trastornos obsesivos, sexuales, post-traumáticos, de la conducta alimentaria. Se basan en técnicas como la desensibilización (respuestas antagonistas a la ansiedad en presencia de estímulos ansiógenos), la aversión en el alcoholismo y la adicción a las drogas (provocan una aversión condicionada a través de la administración de un estímulo desagradable), el condicionamiento positivo, el biofeedback (control aprendido de funciones fisiológicas).
La psicoterapia de la familia se utiliza cuando se supone que no se trata de un trastorno individual y que se debe a la alteración relacional de la familia.
La psicoterapia de grupo se aplica a grupos en diferentes niveles: formación, actividades de grupo. Está dirigido a grupos de 8-12 pacientes que se caracterizan por la misma dificultad / trastorno, que se reúnen para hablar de sus dificultades, enfermedades, tratamiento y para apoyarse mutuamente. El conductor tiene una actitud directiva, pedagógica y de apoyo.
El psicodrama es una técnica no exclusivamente verbal que se basa en la ficción dramática imaginada, dónde las principales funciones consisten en la escena donde tiene lugar la acción, los protagonistas de la representación, la interpretación que ofrece el terapeuta, el equipo que actúa como socio.

Las psicoterapias sugestivas se basan en la hipnosis y el training autógeno. La hipnosis es un estado pasajero de atención modificada del individuo producida por otra persona en la que algunos fenómenos (el cambio en la conciencia, la memoria, la sensibilidad) se pueden modificar en respuesta a estímulos verbales o de otro tipo. El training autógeno es una técnica de relajación progresiva que plantea el aprendizaje de una técnica de autohipnosis basada en la relajación muscular y tiene por objetivo la introducción de una disminución de la tensión física y mental.
Bebés y Niños
La detección y estimulación temprana puede mejorar la calidad de vida del niño y de su familia. En Psise encontrarás psicología perinatal, atención temprana, valoración especializada del desarrollo y de las interacciones.

En la interacción con un bebé es necesario un espacio compartido de seguridad y libertad. Dicha relación, tanto en situaciones cotidianas como en un entorno terapéutico ha de desarrollarse de manera progresiva, sensible, no hostil y no intrusiva.
Es importante tener en cuenta lo que el bebé comunica, como interactúa, el modo en que utiliza las palabras y cómo juega, ya que todo ello es un indicador del estado mental y afectivo del niño.
Después de los primeros años de vida, la exploración y la adaptación a nuevos contextos sociales, emocionales y relacionales, así como la integración en el ambiente escolar, son retos a los que los niños tienen que enfrentarse progresivamente.

Con la transición a la infancia tardía y el comienzo de la escuela primaria se generan las condiciones para una mayor independencia y autonomía: un salto evolutivo fundamental para el desarrollo mental, emocional y social del niño. Conocer, potenciar y desarrollar las competencias desde etapas tempranas puede resultar un apoyo a la integración y a la evolución armoniosa de la persona.
Adolescentes y Adultos
En Psise cuidamos garantizar un espacio psicoterapéutico estable para entender las causas del malestar y acompañar a la persona en la búsqueda de sus propias soluciones.

La vida psíquica es un conjunto de actividades internas al individuo estrechamente relacionadas con el mundo subjetivo de la persona y su interacción con el entorno.
Desde esta perspectiva las actividades mentales se pueden dividir en dos grupos: las relacionadas principalmente con los procesos de pensamiento e intelectuales y las relacionadas con las emociones y la afectividad.
Una etapa de la vida, un acontecimiento crítico, una dificultad o un trastorno mental pueden llevar a una desarmonía y a un desequilibrio relacionado con la prevalencia de uno sobre el otro o por la falta de funcionamiento de uno de ellos.
En Psise, además de las psicoterapias breves con una duración limitada (5-20 sesiones), desarrollamos también psicoterapias a largo plazo.
© Psise: Servicio de Psicología Clínica del Desarrollo. Unidad de Observación y Diagnóstico Funcional.