La fobia escolar en la incapacidad total o parcial del niño de acudir al colegio como consecuencia de un miedo irracional a algún aspecto relacionado con la situación escolar. Dicha alteración no se incluye como categoría diagnóstica per se en los manuales de clasificación diagnóstica actuales (DSM V, CIE-10), sino que se encontraría reflejada dentro de la categoría de las fobias específicas (tipo situacional).
Se trata de un trastorno que afecta a un 4-15% de niños y adolescentes en edad escolar (Ollendick y cols., 1984; Mendiguchía, 1987; Last y cols., 1987), encontrándose de forma más frecuente en la adolescencia temprana.
La asistencia a la escuela produce en el niño una angustia anticipatoria intensa, que le lleva a evitar el ámbito escolar. Los síntomas suelen presentarse justo antes de tener que salir hacia la escuela o la noche anterior, incrementándose a medida que se acerca el momento de enfrentarse a la escuela. La ansiedad experimentada puede acompañarse de una gran variedad de síntomas neurovegetativos como náuseas, cefaleas, vómitos, etc., que a su vez cumplen una función de “excusa” para permanecer alejado de la escuela, permaneciendo en casa debido a su malestar físico.
El temor irracional e insuperable a ir al colegio se relaciona en ocasiones con alguna circunstancia concreta del ámbito académico (temor al profesor, a alguna asignatura o a los compañeros), otras veces se trata de un temor más inespecífico relacionado con hacer el ridículo o ser criticado.
Criterios DSM-V para el diagnóstico de Fobia Específica
- Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (p.ej. volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre). Nota: en los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados o aferrarse.
- El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.
- El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa.
- El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el objeto o situación específica y al contexto sociocultural.
- El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
- El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral y otras áreas importantes del funcionamiento.
- La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastono mental, como el miedo, la ansiedad y la evitación de situaciones asociadas a síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes (como en la agorafobia); objetos o situaciones relacionados con obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo); recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático); dejar el hogar o separación de las figuras de apego (como en el trastorno de ansiedad por separación); o situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social).
Especificar si (según el estímulo fóbico):
- 300.29 (F40.218) Animal(p.ej. arañas, insectos, perros).
- 300.29 (F40.228) Entorno natural (p. ej.alturas, tormentas, agua).
- 300.29 (F40.23X) Sangre-inyección-herida (p.ej. agujas, procedimientos médicos invasivos).
- 300.29 (F40.248) Situacional (p.ej. avión, ascensor, sitios cerrados).
- 300.29 (f40.298) Otra (p.ej. situaciones que pueden derivar en ahogo, vómitos; en niños, p.ej. sonidos ruidosos o personajes disfrazados).
Algunos motivos que pueden relacionarse con la aparición de fobia escolar
- Mala experiencia directa en el ámbito escolar: una de las causas clave de la fobia escolar es una mala relación del niño con un profesor o con algunos compañeros, debida a experiencias en las que ha experimentado elevados niveles de malestar, que intenta evitar no acudiendo al colegio.
- Mala experiencia observada o contada por otras personas: la transmisión de información o la observación son otro medio de adquisición de fobias. No es necesario que el niño haya tenido una mala vivencia, basta con que la haya observado en otro compañero o se la hayan contado otros amigos o incluso en medios de comunicación.
- Refuerzo por parte de la familia: esta causa interviene fundamentalmente en el mantenimiento de la fobia escolar. Aparece cuando al niño se le presta más atención en los momentos que muestra miedo o se queda en casa que cuando no lo hace. De esta manera, el mantenimiento de la fobia le permite obtener ganancias.
- Rasgos de personalidad en desarrollo del niño: déficit de habilidades sociales, timidez, tendencia al aislamiento, etcétera.
Fobia escolar y rendimiento académico
El principal problema en relación con la fobia escolar se encuentra en el absentismo. Los alumnos que padecen el trastorno evitarán acudir a la escuela todo lo posible, lo cual desemboca en continuas faltas de asistencia y un mal seguimiento de los contenidos trabajados en el aula.
Además, en las situaciones en las que el alumno se halle en la escuela, su malestar tanto a nivel físico como cognitivo no le permitirá centrarse de manera adecuada en las tareas, lo cual redunda en un escaso rendimiento académico.
¿Qué pueden hacer los padres?
La actitud de los padres es fundamental a la hora de detectar y abordar el problema. Por un lado, no se debe permitir que el niño no vaya a la escuela. Sin embargo, una actitud rígida e impositiva al respecto puede sensibilizar aún más al menor. Así, los padres deben mostrar una actitud comprensiva y de aceptación respecto al sufrimiento del niño, pero de “no aprobación” de su comportamiento de evitación resultante (no ir a clase). Por ejemplo, pueden usar frases como “Me doy cuenta de que lo pasas mal cuando debes ir al colegio y te comprendo, pero tenemos que buscar la forma para ayudarte a que pierdas el miedo”. O “es importante ir al cole y yo estoy dispuesto a ayudarte de la manera en que lo necesites, pero quedándote en casa no lo estoy haciendo”. Asistir a clase es la terapia más eficaz pues, como en el resto de las fobias, es muy importante ayudar al niño a enfrentarse a su miedo.
Si conocemos el motivo por el cual el niño no quiere ir al colegio es importante hablar de esto con él y transmitirlo en la escuela, para que también lo tengan en cuenta facilitándole el terreno en la medida de lo posible (por ejemplo, en los casos de problemas con algún compañero). También es importante que los padres ayuden al niño fuera de casa a pasar más tiempo con niños de su edad, de esta manera, adquirirá mayor seguridad y habilidades sociales para relacionarse con sus compañeros de clase.
Acudir a profesionales especializados en psicología infantil puede resultar de gran ayuda tanto desde el punto de vista de intervención terapéutica como en la búsqueda de asesoramiento y directrices sobre la forma más adecuada de ayudar al niño.
¿Qué se puede hacer desde el colegio?
- La actitud de los docentes debe ser tolerante y comprensiva a la vez que firme respecto a la importancia de acudir al colegio todos los días.
- La escuela no debe sobreproteger al alumno con fobia escolar, pero sí facilitarle las cosas en la medida de lo posible, colaborando con los padres y un psicólogo especialista.
- Especialmente si el problema del niño radica en algún aspecto que provenga del colegio, éste deberá hacerse cargo de abordarlo de forma inmediata con el fin de poder facilitar el bienestar del alumno en su aula.
- Es importante que los profesores empleen el refuerzo positivo ante la conducta del niño de acudir a clase. Esto es, nunca hay que ridiculizarle, sino animarle por haber venido, elogiando sus logros y avances en este terreno de una forma sutil, para que no se sienta distinto a sus compañeros.
Referencias
- American Psychiatric Association (2014) Guía de consulta de los criterios diagnósticos DSM-V. Washington, DC: American Psychiatric Publishing.
- Last, C. G., Strauss, C. C., & Francis, G. (1987). Comorbidity among childhood anxiety disorders. The Journal of Nervous and Mental Disease, 175(12), 726-730.
- Mardomingo, M.J. (2001) Caracteristicas clínicas de los trastornos de ansiedad. Revista Pediatría de Atención Primaria, 3 (10), 61-71.
- Mendiguchia, FJ (1987). Miedos, fobias y obsesiones en la infancia y la adolescencia. Revista de Neuropsiquiatría Infanto-juvenil, 10, 23-133.
- Ollendick, T. H., Matson, J. L., & Helsel, W. J. (1985). Fears in children and adolescents: Normative data. Behaviour Research and Therapy, 23(4), 465-467.
- Witts, B., Houlihan, D. (2007) Recent perspectives concerning school refusal behavior. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 12, vol.5
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