Baja activación emocional: síndromes y trastornos depresivos

Entre las consecuencias de una disminución del tono emocional considerada como patológica, nos podemos encontrar con los síntomas, síndromes y trastornos tradicionalmente asociados a la depresión.

  • Anhedonia. Incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción por las relaciones y casi todas las actividades. A pesar de ser considerada uno de los síntomas depresivos más habituales,también puede aparecer en otros cuadros clínicos como la esquizofrenia (especialmente en formas negativas)
  • Apatía. Estado afectivo de falta de emoción, motivación y entusiasmo. El individuo no experimenta ni placer ni desagrado, ni felicidad ni tristeza. Se asocia siempre con la abulia.
  • Abulia. Falta de reacciones voluntarias y de iniciativa, disminución en la capacidad de toma de decisiones.
  • Sentimiento de falta de sentimientos. Sensación de sufrimiento e insensibilidad durante la cual el individuo percibe que no tiene los sentimientos habituales hacia sus seres queridos, ni felicidad por la vida ni tampoco siente el mismo dolor. Todo ello le provoca un profundo sentimiento de angustia.
  • Estupor emocional (parálisis de los sentimientos). Estado de vacío afectivo e indiferencia total hacia todo lo que sucede alrededor del individuo, que no reacciona, permanece inmóvil y confuso.

La depresión se define como una disminución  (más o menos marcada) del tono del humor y de algunas funciones cognitivas, sentimientos de tristeza, inhibición e ideas de culpabilidad. De manera más específica, el término puede referirse a cuatro conceptos diferentes:

  • un síntoma o un estado afectivo específico (tristeza o disminución del tono del humor);
  • un problema en la estructura psíquica interna del individuo;
  • una enfermedad específica (trastorno afectivo);
  • un síndrome, es decir un grupo de síntomas (que coinciden con el tono del humor del individuo) que caracterizan diferentes tipos de síndromes depresivos.

dark-1283752_1920Los síntomas principales de la depresión son: disminución del tono afectivo y tristeza hasta la desesperación, pesimismo, dolor moral, baja autoestima (autodevaluación), sentimientos de inutilidad, sentimientos de culpa, sensación de ser inadecuado, indignidad, incapacidad para sentir placer (anhedonia), falta de sentimientos (apatía dolorosa), sensación de opresión, a veces intensa ansiedad, reducción del interés y placer por todas o casi todas las actividades, reducción del deseo sexual, hipocondría.

A estos síntomas principales se añaden otros síntomas cognitivos, conductuales y físicos como: falta de voluntad o disminución notable de energía (abulia), sensación de gran fatiga ante actividades de la vida diaria (astenia), ralentización o agitación psicomotora, ralentización y pobreza del pensamiento, dificultad para concentrarse, ideas predominantemente negativas sobre el pasado, pensamientos de muerte, escasa planificación del futuro, rumiaciones sobre pensamientos negativos, disminución de las actividades y de los contactos sociales, anorexia y pérdida de placer por los alimentos, posibles atracones, apagamiento perceptivo (hipoestesia) o percepción exagerada y de molesta de estímulos (hiperestesia), percepción del mundo exterior como irreal o extraño (desrealización), percepción de uno mismo como “separado” de los propios procesos mentales (despersonalización), insomnio o hipersomnia, trastornos digestivos o cardiovasculares, reducción o aumento de peso, delirio y alucinaciones (en la psicosis depresiva), disminución de la actividad de la consciencia o confusión mental (en la depresión severa).

Cuanto más grave y profunda es la depresión (ej. depresión mayor o psicótica), el individuo se retira en su aflicción en mayor medida, reduce el contacto con el mundo y con la realidad exterior (delirios) y sus funciones quedan empobrecidas, hasta llegar a un estado de parada mental y motriz (o estupor depresivo melancólico). El estupor melancólico es la máxima expresión de la aflicción depresiva y se caracteriza por inmovilidad, mutismo y una mirada que muestra la profundidad de la angustia depresiva.

El ejemplo clásico de una depresión no patológica es cuando el individuo pierde a un ser querido (luto o depresión reactiva). En caso de luto normal, todos los individuos pasan por cuatro fases típicas:

  • Negación y evitación del luto.
  • Protesta (reacción de alarma acompañada de ansiedad, búsqueda de la persona perdida, ira y culpabilidad).
  • Nostalgia (sensación de vacío, toma de aspectos del fallecido).
  • Aceptación (desplazamiento hacia otros objetos).

hug-2381652_1920El fallecimiento de un ser querido y la depresión consecuente (depresión reactiva) puede llegar a convertirse en duelo patológico con posible evolución a otros trastornos afectivos como la depresión mayor o la distimia. Tras una pérdida afectiva significativa, es normal experimentar una reacción de duelo que curse con síntomas análogos a los depresivos. No obstante se debe valorar que se ha instaurado una cuadro depresivo (y ya no estamos ante una reacción normal de duelo) cuando los síntomas depresivos persisten transcurridos más de 6 meses desde la pérdida.

 


Síndromes depresivos:

Depresión normal: es un estado afectivo sucesivo a acontecimientos muy dolorosos o a situaciones de gran tensión emocional. No se considera una enfermedad depresiva sino una condición transitoria con una intensidad y duración proporcional a su causa.

Depresión simple: se caracteriza por los síntomas típicos de la depresión (reducción del tono de humor, inhibición del pensamiento y de la comunicación, ralentización motora).

Depresión ansiosa: se caracteriza por la aparición de los síntomas de la depresión acompañados de una ansiedad intensa (a veces centrada en el cuerpo y con quejas continuas).

Depresión ralentizada (o estuporosa): se caracteriza por la aparición de los síntomas de la depresión acompañados una ralentización motora y una disminución anormal de la actividad mental y de la producción de pensamientos (bradipsiquismo). A  menudo se manifiestan dificultades para pasar de un tema a otro del discurso, tendencia a la rumiación sobre la propia enfermedad y competencias reducidas de memoria y atención.

Depresión fría: aparición de síntomas depresivos con prevalecencia del sentimiento de pérdida de la sensibilidad emocional, incapacidad para sentir placer (anhedonia) y la percepción de uno mismo como “separado” de los procesos mentales (despersonalización).

Depresión delirante: Síntomas depresivos acompañados de delirios y, en algunos casos, alucinaciones.

Depresión con trastornos cognitivos: Aparicón de síntomas depresivos acompañados de déficit en las funciones cognitivas.

Depresión confusa: se caracteriza por los síntomas de la depresión con disminución de la consciencia (estado confusional funcional) y desorientación espacio-temporal.

woman-2609635_1920Depresión secundaria: depresión secundaria a otra enfermedad mental (esquizofrenia, alcoholismo, demencia, trastornos neuróticos, de personalidad, trastorno post-traumático etc.) médica (epilepsia, traumatismo, Parkinson, Alzheimer, Corea de Huntington, híper/hipotiroidismo,  artritis, pancreatitis, tuberculosis, hepatitis etc.) o a fármacos o sustancias (neurolépticos, benzodiacepinas, barbitúricos, reserpina, levodopa, cimedina, contraceptivos orales etc.).

Depresión enmascarada: se trata de una depresión que se manifiesta con síntomas prevalentemente no afectivos (cognitivos y somáticos) como cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular o de estómago, déficit cognitivos, ralentización del pensamiento. El paciente no es consciente de su cuadro psicológico. Se puede encontrar en situaciones de:

  • Pseudodemencia depresiva en el anciano.
  • Paciente con dolor crónico que no responde a los analgésicos.
  • Acting en los adolescentes que abusan de sustancias, que tienen muchos accidentes etc.
  • Trastornos de la conducta e hipocondría en el anciano.

Depresión atípica: síndrome depresivo con características atípicas (agitación, ideación paranoide, perplejidad, trastornos de ansiedad, rasgos de personalidad obsesiva, desadaptación social y relacional). El tono del humor parece muy dependiente de los acontecimientos externos placenteros y puede verse influido por éstos. El individuo a menudo busca atención y fuertes estímulos sociales para levantar su estado de ánimo. Hay dos cuadros sintomátics de la depresión atípica:

  • con componente ansioso (ataques de pánico, fobias);
  • con síntomas vegetativos atípicos (aumento del apetito, peso e hipersomnia).

Depresión doble: se caracteriza tanto por la presencia de síntomas depresivos mayores como de distimia. El término “depresión doble” hace referencia a la existencia de una distimia, de inicio por lo general temprano, a la que siguen uno o más episodios depresivos mayores.

Depresiones breves recurrentes: trastorno depresivo caracterizado por múltiples episodios depresivos de duración menor a las dos semanas.

Depresión agitada: estado mixto que se caracteriza por síntomas depresivos acompañados de una intensa inquietud, agitación motoriz y conductual. A menudo se asocian también síntomas vegetativos graves (temblores, palpitaciones, sequedad de boca etc.).

Depresión con fuga de las ideas: estado mixto caracterizado por síntomas depresivos acompañados de pensamiento acelerado en su máxima expresión patológica (fenómeno de la fuga de ideas) donde los contenidos del pensamiento se suceden a gran velocidad y mutabilidad, relacionándose entre sí de una manera superficial, a través de asociaciones rápidas basadas en la similitud fonética, de contenidos, rimas (el discurso se puede volver totalmente incoherente y desordenado).

Trastornos afectivos estacionales: descompensaciones afectivas periódicas que se pueden manifestar en otoño, invierno o verano, con síntomas atípicos.

Depresión post-partum:  importante reacción patológica a la maternidad con un cuadro clínico que se desencadena y se vuelve crónico tiempo después del parto.

Trastorno depresivo no especificado: descompensaciones afectivas que en el DSM-IV se categorizan en:

  • Trastorno del estado de ánimo debido a enfermedad médica
  • Trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias
  • Trastorno del estado de ánimo no especificado
  • Trastorno disfórico  premenstrual.

Trastorno depresivo menor (depresión menor): se trata de una depresión  no especialmente severa que no implica alteraciones en el funcionamiento social y laboral del individuo. No es reactiva, ni secundaria ni asociada a duelo patológico.  A menudo se alterna con la hipomanía en el trastorno ciclotímico o se puede manifestar ante la maternidad o el ciclo menstrual.

Trastorno depresivo recurrente.

Trastorno de adaptación

Trastorno depresivo post-psicótico esquizofrénico.

Trastorno ansioso-depresivo mixto.

Trastorno depresivo de personalidad.


Trastornos afectivos primarios unipolares

Chica sentada desesperada y triste

La depresión mayor o psicótica (episodio único o recurrente), también definida como depresión endógena (depresión melancólica, melancolía), se caracteriza por síntomas de depresión profunda (con alto riesgo de suicidio) a los que se asocian síntomas físicos (reducción del deseo sexual, del apetito, pérdida de peso) y trastornos del sueño.

El tono del humor parece independiente e inmodificable respeto a los acontecimientos externos. Se puede presentar a través de episodios depresivos mayores repetidos (trastornos unipolares) o alternándose con episodios maníacos (trastornos bipolares), pueden aparecer síntomas psicóticos congruentes con el tono del humor (psicosis depresivas) o no presentar síntomas psicóticos (cuatro veces más frecuente que la depresión psicótica).

La forma psicótica es la más grave; tiende a ser crónica, se asocia a más intentos de suicidio, tiene más comorbilidad con otros trastornos (sustancias, fobias, etc.), se asocia a más dependencia social, recaídas y a una duración más larga de los episodios de descompensación. Presenta las siguientes características:

  • Depresión profunda y grave.
  • El individuo presenta mayor distanciamiento de la realidad y de las relaciones.
  • El individuo pierde intereses y placer en casi todas las actividades.
  • Es periódica o cíclica, con episodios más o menos breves (alternados con episodios de normalidad, o de manía).
  • Se presentan alteraciones psicomotoras (parada o agitación intensa).
  • Se presenta más implicación neurovegetativa (anorexia y pérdida de peso).
  • Depende poco de los factores externos y el cuadro es constante durante el día.
  • Los síntomas son mayores por la mañana y el insomnio es tardío.
  • Hay más tendencia a autoculparse que a culpar a los demás.
  • No se detectan trastornos de personalidad premórbidos.
  • En la familia se han detectado otros casos de trastornos afectivos.
  • Presenta mejor respuesta a los psicofármacos antidepresivos.

Para poder diagnosticar un trastorno depresivo mayor se debe excluir previamente que en ese momento el paciente no presente un trastorno esquizoafectivo.

A nivel de comorbilidad, la depresión mayor presenta las mayores tasas de comorbilidad con el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).


Depresión crónica o distimia (neurótica o neurosis depresiva).

Estado de ánimo general bajo y prolongado de tristeza. Igual que en la depresión reactiva, se desencadena inicialmente por acontecimientos repetidos de duelo (pero no tan relevantes como en la depresión reactiva). En ocasiones puede estar relacionada con sentimientos de culpa y ambivalencia relacionada con exigencias de amor, afecto y dependencia.

Una depresión prolongada sin la intensidad de otros trastornos depresivos es el rasgo esencial a considerar para el diagnóstico de distimia. Al contrario que en el caso de la depresión mayor:

  • umbrella-2603983_1920Es persistente y prolongada.
  • No se detectan alteraciones psicomotoras o inhibición cognitiva.
  • Está más relacionada con factores externos y ambientales.
  • Los síntomas son variados y de carácter más neuróticos.
  • Se tiende a culpar en mayor medida a los demás.
  • Los trastornos neurovegetativos son menos importantes.
  • Hay un empeoramiento hacia el final del día, apareciendo dificultades para dormir.
  • Presenta menor respuesta a la terapia antidepresiva.
  • No alcanza la profundidad de la depresión mayor.
  • No se detectan delirios, trastornos perceptivos o distanciamiento de la realidad.

Depresión reactiva

Estado afectivo sucesivo a un acontecimiento psicosocial doloroso (luto, separación, fracaso, etc.) con intensidad y duración mayor respecto a la depresión normal. Si se acompaña de ansiedad se puede definir como una reacción ansioso-depresiva. El individuo es consciente de la relación entre sus síntomas y el desencadenante. No están presentes otros síntomas neuróticos (ej. obsesiones, fobias etc.).


Algunas anotaciones:

La serotonina

  • No se ha demostrado que altos niveles de serotonina influyan en la aparición de un comportamiento suicida o parasuicida.
  • Entre las principales funciones de la serotonina están: regular el apetito mediante la saciedad, equilibrar el deseo sexual,controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.
  • La serotonina interviene en otros conocidos neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, que están relacionados con la angustia, ansiedad, miedo, agresividad, así como con los problemas alimenticios.
  • La serotonina también interviene en los parámetros de densidad ósea – las personas que toman antidepresivos del tipo inhibidores de la receptación de la serotonina pueden generar osteoporosis (reducir la densidad ósea).

Hipótesis

  • Según el enfoque de indefensión aprendida de Seligman (1975), las personas que padecen depresión se caracterizan por un estilo atribucional externo, inestable y específico para los logros y acontecimientos positivos. La indefensión aprendida es la condición de quien ha “aprendido” a comportarse pasivamente, sin poder hacer nada y sin poder responder a pesar de las oportunidades reales de cambiar la situación aversiva, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas.
  • La hipótesis que ha explicado más convincentemente de que los padres con depresión suelen favorecer el desarrollo de la depresión de sus hijos se basa en la existencia de un apego inseguro entre el hijo y el progenitor.
  • La teoría de la desesperanza  se diferencia de la teoría cognitiva de Beck en que la no presupone que los pacientes distorsionen cognitivamente
  • Según la teoría conductual de la depresión de Lewinsohn (teoría de la atención auto-focalizada, 1985):
    1. Uno de los factores que favorece que aparezca la depresión es un ambiente que no proporciona el reforzamiento suficiente.
    2. Cuando un deprimido centra o enfoca su atención sobre sí mismo, es muy probable que aumente su tendencia a realizar atribuciones internas ante un fracaso.

Psicoterapias cognitivo-conductuales

  • En la terapia cognitiva para la depresión la utilización de escalas de valoración (0 – 10) es un recurso útil para modificar el sesgo o distorsión cognitiva de pensamiento dicotómico.
  • Un sesgo cognitivo es un prejuicio cognitivo, un juicio inexacto, una interpretación ilógica, una irracionalidad.
  • Una distorsión cognitiva es una manera errónea que se tiene de procesar la información. Se trata de una malinterpretación de lo que ocurre y que genera múltiples consecuencias negativas.
  • El pensamiento dicotómico es una distorsión del pensamiento caracterizada por rigidez y la creencia general de que las cosas son una u otras cosa (blancas o negras etc.).

La eficacia de la terapia cognitiva de Beck en el tratamiento de la depresión ha sido ampliamente contrastada. Según A.T. Beck:

  1. El error cognitivo que se produce en la depresión por el cual la persona llega a una conclusión sin evidencia que la apoye, o con evidencia contraria a dicha conclusión, se denomina “inferencia arbitraria”.
  2. Al comienzo de la terapia, en el caso de que la persona se encuentre gravemente deprimida, se utiliza la técnica de la programación/asignación de tareas graduadas.
  3. Los esquemas disfuncionales depresógenos se diferencian de los esquemas de las personas normales (sin vulnerabilidad a la depresión) en relación a su contenido y su estructura.

Afecto positivo y negativo

  • Un niño o un adolescente con un diagnóstico de trastorno depresivo mayor suele poseer bajo afecto positivo.
  • El alto afecto negativo es una característica común a la ansiedad y a la depresión.

 

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