Han sido nueve meses de espera, llenos de cambios físicos y emocionales. La casa está preparada para la llegada del nuevo miembro de la familia. Has asistido a clases de preparación al parto y tienes bastante claro tanto lo que va a ser el parto como lo que conlleva el cuidado de tu bebé.
Por fin llega el día en que vuelves a casa con tu bebé en brazos, ahora tocar disfrutar la nueva etapa y vivir la maternidad al máximo, porque el tiempo pasa volando, al menos eso te dice todo el mundo.
Pero la realidad comienza a ser un poco diferente a lo que te imaginabas…
Aunque es cierto que estás feliz con tu bebé en casa, en ocasiones tienes la necesidad inexplicable de llorar, frustrarte e incluso pensar si estabas preparada o si era el mejor momento para la aventura de la maternidad. Sientes que has subido en una montaña rusa de emociones y que ya no sabes cómo bajar.
El malestar anímico después del parto es muy común: muchas mujeres se sienten tristes y con ganas de llorar los primeros días tras la llegada del bebé. Se produce por las dificultades de adaptación a un cambio tan grande como la llegada de un hijo y, además, por el cambio hormonal.
A todo este proceso emocional se le llama “Maternity Blues”, “Baby Blues”, “Tristeza Post-Parto” o “Días Azules”. Es una alteración del estado de ánimo que se produce a consecuencia de los cambios hormonales, psicológicos y sociales que conlleva el nacimiento.
Suele aparecer entre el 3º y 5º día después del parto y desaparecer tras unos 15 días aproximadamente (Medina-Serdán, 2013; Sylvén et al. 2011; Romero y Carrillo, 2002; Uriarte, 2006).
Las manifestaciones del “Maternity Blues” pueden ser muy variables, abarcando desde labilidad emocional, tristeza o llanto fácil, hasta preocupación por el cuidado del bebé, irritabilidad, ansiedad o desesperación (Miller et al, 2017; Medina-Serdán, 2013; Lartigue et. al, 2008; Rondón, 2005; Seyfried y Marcus, 2003; Carro et al. 2000).

La falta de información sobre el post-parto, la soledad y la carencia de apoyos son otros factores que pueden influir en la intensidad y duración del “Maternity Blues”. Es importante que las familias tengan un apoyo en casa y en la comunidad durante este período para evitar impactos negativos en la madre, bebé y demás miembros (Barclay et al., 1997; Boushel et al., 2000; Hanna, et al. 2002).
En caso de que se mantengan estos síntomas con una intensidad o duración mayor de lo esperable, se recomienda consultar con un especialista. Un “Maternity Blues” prolongado puede constituir un factor de riesgo para el desarrollo de otros trastornos emocionales (Sylvén et al. 2011).
Referencias
- Barclay, L., Everitt, L., Rogan, F., Schmied, V., & Wyllie, A. (1997). Becoming a mother—an analysis of women’s experience of early motherhood. Journal of advanced nursing, 25(4), 719-728.
- Boushel, M., Fawcett, M., & Selwyn, J. (2000). Focus on early childhood: principles and realities. Wiley-Blackwell.
- Carro, T., Sierra, J. M., Hernández, M. J., Ladrón, E., & Antolín, E. (2000). Trastornos del estado de ánimo en el postparto. Rev Med Gral, 24, 452-6.
- Hanna, B. A., Edgecombe, G., Jackson, C. A., & Newman, S. (2002). The importance of first‐time parent groups for new parents. Nursing & health sciences, 4(4), 209-214.
- Lagerberg, D., & Magnusson, M. (2012). Infant gender and postpartum sadness in the light of region of birth and some other factors: a contribution to the knowledge of postpartum depression. Archives of women’s mental health, 15(2), 121-130.
- Lartigue, T., Maldonado-Durán, J. M., González-Pacheco, I., & Sauceda-García, J. M. (2008). Depresión en la etapa perinatal. Perinatol reprod hum, 22(2), 111-131.
- Medina-Serdán, E. (2013). Diferencias entre la depresión postparto, la psicosis postparto y la tristeza postparto. Perinatología y reproducción humana, 27(3), 185-193.
- Miller, M. L., Kroska, E. B., & Grekin, R. (2017). Immediate postpartum mood assessment and postpartum depressive symptoms. Journal of Affective Disorders, 207, 69-75.
- Romero, A., & Carrillo, A. (2002). Alteraciones psiquiátricas en el postparto. Jano: Medicina y Humanidades, 1449(63), 30-36.
- Rondón, M. B. (2005). Trastornos depresivos del embarazo y el puerperio. Acta Médica Peruana, 22(1), 15-18.
- Seyfried, L. S., & Marcus, S. M. (2003). Postpartum mood disorders. International Review of Psychiatry, 15(3), 231-242.
- Sylvén, S. M., Papadopoulos, F. C., Mpazakidis, V., Ekselius, L., Sundström-Poromaa, I., & Skalkidou, A. (2011). Newborn gender as a predictor of postpartum mood disturbances in a sample of Swedish women. Archives of women’s mental health, 14(3), 195-201.
- Uriarte, A. G. (2006). Estados emocionales en el postparto. Medicina naturista, (10), 5-9.
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