La identidad de género

La identidad de género es el conjunto de características, creencias y vivencias del individuo como ser sexual. Es un componente de la identidad, implica la experiencia subjetiva del propio cuerpo, permite definirse frente a los demás, se relaciona con la reproducción y con la adhesión a las normas culturales sobre el comportamiento masculino y femenino. Se diferencia de otros conceptos como el sexo, la identidad sexual, la intersexualidad, la disforia de género, la orientación sexual y la coherencia de identidad.

Con el término género se hace referencia a la definición cultural de las características ligadas al sexo biológico (Stoller, 1968) y a las construcciones simbólicas y prototípicas de masculinidad y feminidad que se trasmiten en una sociedad.

Con el término sexo se hace referencia a las características biológicas sexuales primarias (relacionadas con los órganos reproductores femeninos o masculinos) y secundarias (no relacionadas con los órganos reproductores) que distinguen el ser macho o hembra (cromosómicas, hormonales, masa ósea y muscular etc.).

Con el término identidad sexual se hace referencia a la identificación, por parte del individuo, de los rasgos biológicos sexuales, anatómicos y funcionales con los que nace, que distinguen el macho de la hembra.

No siempre es posible distinguir entre características sexuales del ser macho o hembra como en el caso de la intersexualidad. En la intersexualidad el individuo presenta (desde el nacimiento o se desarrollan de forma natural) características biológicas de ambos sexos, que no permiten una distinción clara entre el ser macho o hembra (ej. cromosomas femeninos con genitales masculinos, discrepancia entre genitales internos y externos, etc.).

La intersexualidad tiene que ver con la identidad sexual, pero no con la identidad de género, es decir, con la experiencia subjetiva del propio cuerpo y con la adhesión a las normas culturales sobre el comportamiento masculino y femenino. En este sentido, es frecuente que las personas intersexuales se identifiquen con un género no binario o genderqueer, en el que la persona no se reconocen en ningún extremo del “continuum”entre hombre y mujer, o se reconoce simultáneamente en ambos, o se reconoce a veces en uno y a veces en otro (Thorne et al. 2019).

La identidad de género de un individuo puede o no coincidir con sus características sexuales, implicando una posible concordancia o discordancia entre el sexo, definido biológicamente, y el género, definido culturalmente a través de normas de comportamiento masculino y femenino implícitas en una específica sociedad (García-Leiva, 2005).

En el caso de que una persona nazca con características sexuales femeninas o masculinas y su experiencia subjetiva de género es acorde a su sexo biológico, se habla de persona cisgénero.

En el caso contrario, cuando la experiencia subjetiva de género no es acorde a su sexo biológico, se habla de persona transgénero (ej. una persona se siente hombre y ha nacido con órganos reproductores femeninos, o al revés, se siente mujer, pero presenta características biológicas sexuales de un hombre).


Según el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 (APA,2013), cuando a la experiencia subjetiva de trangénero se acompaña un malestar emocional significativo o deterioro en uno o más ámbitos importantes de funcionamiento de la vida de la persona, se configura una Disforia de Género, que se caracteriza por almeno dos de los siguientes síntomas:

  • Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y sus caracteres sexuales primarios o secundarios. 
  • Un fuerte deseo por desprenderse de los caracteres sexuales propios primarios o secundarios.
  • Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios, correspondientes al sexo opuesto.
  • Un fuerte deseo de ser del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).
  • Un fuerte deseo de ser tratado como del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).
  • Una fuerte convicción de que uno tiene los sentimientos y reacciones típicos del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).
Portada del DSM 5 - Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

Un concepto distinto a los precedentes es el de orientación sexual, que se refiere al género objeto de la atracción de tipo romántico y sexual de cada uno, y puede diferenciarse en:

  • Homosexualidad: atracción hacia personas del mismo género.
  • Heterosexualidad: atracción hacia personas del género opuesto.
  • Bisexualidad: atracción hacia personas de ambos géneros.
  • Pansexualidad: atracción hacia una persona, sin importar el género ni el sexo.
  • Asexualidad: falta de atracción desde el punto de vista sexual.

Finalmente, con el témino coherencia de identidad se hace referencia a un sentido generalizado de síntesis, claridad, autenticidad y satisfacción de uno mismo (Erickson, 1968; Schwartz et al., 2009). Una persona que crece y se desarrolla con una baja comprensión de sus vivencias, estados de ánimo, motivaciones, intereses y deseos puede manifestar un bajo nivel de coherencia de identidad. La coherencia de identidad se relaciona con un mayor bienestar (Schwartz, 2007; Schwartz, et al., 2009; Syed, 2013) y los adolescentes con una identidad madura muestran una mejor adaptación, mejores rendimientos académicos y un perfil de personalidad más positivo (Meeus, 2011).


Referencias

  • American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5®). American Psychiatric Association Publishing.
  • Erikson, E. H. (1968). Identity: Youth and crisis (No. 7). WW Norton & company.
  • García-Leiva, P. (2005). Identidad de género: modelos explicativos. Escritos de Psicología-Psychological Writings, (7), 71-81.
  • Meeus, W. (2011). The study of adolescent identity formation 2000–2010: A review of longitudinal research. Journal of research on adolescence, 21(1), 75-94.
  • Schwartz, S. J. (2007). The structure of identity consolidation: Multiple correlated constructs or one superordinate construct?. Identity: An International Journal of Theory and Research, 7(1), 27-49.
  • Schwartz, S. J., Zamboanga, B. L., Wang, W., & Olthuis, J. V. (2009). Measuring identity from an Eriksonian perspective: Two sides of the same coin?. Journal of personality assessment, 91(2), 143-154.
  • Stoller, R. (1968). Sex and gender. Nueva York: Science House.
  • Syed, M. (2013). Assessment of ethnic identity and acculturation. In K. F. Geisinger, B. A. Bracken, J. F. Carlson, J.-I. C. Hansen, N. R. Kuncel, S.
  • P. Reise, & M. C. Rodriguez (Eds.), APA handbook of testing and assessment in psychology, Vol. 2. Testing and assessment in clinical and counseling psychology (pp. 393–405). American Psychological Association.
  • Thorne, N., Yip, A. K. T., Bouman, W. P., Marshall, E., & Arcelus, J. (2019). The terminology of identities between, outside and beyond the gender binary–A systematic review. International Journal of Transgenderism, 20(2-3), 138-154.

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