La familia es el primer contexto de socialización del niño y, como todos sabemos, ninguna familia es exactamente igual a otra. En algunos ambientes familiares se debate, en otros las normas están muy claras, en otros no las hay…
El estilo educativo de una familia depende de diversos factores tales como la experiencia personal de los progenitores, la relación entre ambos, las características y necesidades de los hijos y la interpretación que se haga de sus conductas. El ajuste entre dichas circunstancias (y la elección entre un modelo educativo u otro) determinará las pautas educativas que, desde muy temprana edad, los hijos asimilarán y que caracterizarán su forma de relacionarse con los demás.
Algunas investigaciones subrayan la existencia de tres macro-dimensiones principales de un estilo educativo (que pueden equilibrarse o desequilibrarse) en el mismo progenitor: el estilo social, didáctico y limitativo (Robinson et al., 1995; Bornstein et al., 1996).
- En el estilo social los padres están principalmente listos para proporcionar respuestas rápidas y positivas a las solicitudes del hijo, dando manifestaciones de afecto atento y cálido.
- En el estilo didáctico los padres están principalmente listos para proporcionar ulteriores oportunidades de desarrollo (lingüístico, manipulativo, de coordinación etc.) y exploración al hijo.
- En el estilo limitativo se tiende principalmente a destacar la importancia de respetar las normas, de adaptarse a las costumbres de la familia y de comportarse de una manera educada.
Tanto el control excesivo (con una gran relevancia de límites y normas) como la situación contraria (excesiva permisividad o ausencia de normas) pueden generar en los niños una mayor dependencia de los padres y una menor autoestima (Timpano et al. 2010). El punto óptimo para el desarrollo de capacidades se encuentra en un nivel intermedio entre ambos, en lo que se llama estilo asertivo o democrático (una macro-dimensión del estilo educativo). Los padres con dicho estilo educativo proporcionan su apoyo a los hijos, imponiendo restricciones razonables a su comportamiento y permitiéndoles de esta forma explorar el mundo de forma independiente.
Por todo ello, esta macro-dimensión del estilo educativo (asertiva-democrática) se relaciona con hijos más autónomos, con mayor capacidad de decisión y que comprenden la importancia de cumplir las normas, al tiempo que favorece la adquisición de estrategias de afrontamiento más adaptativas.
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Referencias:
- Gallager, B., Cartwright-Hatton, S. (2008). The relationship between parenting factors and trait anxiety: mediating role of cognitive errors and metacognition. Journal of Anxiety Disorders, 22, 722-733.
- Dornsbusch, S.M., Ritter, P.L., Leiderman, P.H., Roberts, D.F., Fraleigh, M.J. (1987). The relation of parenting style to adolescent school performance. Child Development, 58, 1244-1257.
- Morris, A.S., Silk, J.S., Steinberg, L., Myers, S.S., Robinson, L.R. (2007). The role of the family context in the development of emotion regulation. Social Development, 16, 361-388.
- Timpano, K.R., Keough, M.E., Mahaffey, B., Schmidt, N.B., Abramowitz, J. (2010). Parenting and Obsessive Compulsive Symptoms: implications of authoritarianparenting. Journal of Cognitive Psychoteraphy: an International Quarterly, 24 (3); 151-163.
- Robinson, C., Mandleco, B., Olsen, S. F., & Hart, C. H. (1995). Authoritative, authoritarian, and permissive parenting practices: development of a new measure. Psychological Reports, 77, 819-830.
- Bornstein, M.H., Tamis-LeMonda, C.S., Pascual, L., Haynes, O.M., Painter, K., Galperin, C., & Pecheux, M.G. (1996). Ideas about parenting in Argentina, France, and the United States. International Journal of Behavioral Development, 19, 347-367.
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