El cambio desde la Escuela Primaria a la Secundaria

Tras varios años en el mismo centro, con los mismos profesores y compañeros, se vuelve a empezar. Ya no son los “mayores” del colegio y pasan a ser los “pequeños,” conviviendo con compañeros de hasta 18 años. Es el cambio desde la Escuela Primaria a la Secundaria que, en muchos casos, supone también un cambio a un nuevo ambiente.

Teniendo en cuenta que, de manera general, a todos nos suele resultar un reto el cambio de rutinas o de nuestro entorno conocido, el cambio de etapa escolar puede suponer un gran reto para algunos adolescentes.

smile-2550630_1920En la literatura general se considera que las transiciones educativas no necesariamente suponen un problema para la trayectoria escolar (Brown et al., 2004; Anderson et al., 2000; Galton et al., 2000; Salmela-Aro y Tynkkynen, 2010; Seidman et al., 1994). Sin embargo, teniendo en cuenta la información específica sobre abandono y fracaso escolar (Fernández, 2011; Fernández, Mena y Riviere, 2010; Roca, 2010), existen datos que señalan una posible influencia de esta etapa en la trayectoria escolar del alumno (Alspaugh, 1998; Galton et al., 2000).


Las preocupaciones de los adolescentes

El inicio de la Educación Secundaria puede ser una fuente de ansiedad y de desestabilización, aunque muchos adolescentes ven esta transición de manera positiva: como un nuevo comienzo (Salmela-Aro et al., 2008; Tram y Cole, 2006; Pratt y Goerge, 2005; Graham y Hill, 2003).

La transición educativa, como cualquier otro cambio relevante, ejerce la función de punto de inflexión, conduciendo en algunos casos al éxito y en otros a dificultades (Crockett et al., 1989; Eccles y Midgley, 1989; Graber y Brooks-Gunn, 1996).

Chica con expresión triste

Las mayores preocupaciones de los adolescentes suelen relacionarse con el grupo de pares, el bullying, el miedo a sentirse perdidos y solos ante un grupo de desconocidos y los nuevos profesores, entre otras. En realidad, las preocupaciones académicas se dan menos, sugiriendo que los aspectos sociales del cambio son más importantes para los jóvenes (Ashton, 2008).

Esto último no implica que los adolescentes se preocupen por temas menos relevantes. En este sentido, la investigación indica que tener amigos puede mitigar la ansiedad ante el cambio educativo (Ashton, 2008; Weller, 2007), ejerciendo, como consecuencia, una influencia positiva sobre el rendimiento académico (Weller, 2007; Anderson et al., 2000). Además, la formación de un grupo de pares en la etapa adolescente constituye una forma relevante de aprendizaje, así como un hito a nivel evolutivo y social (George y Browne, 2000; Pratt y George, 2005; Shaffer y del Barrio 2002).

friends-1941580_1920Tanto el grupo de pares como los resultados académicos tendrán en esta etapa un papel muy importante en la construcción de la imagen personal del adolescente. Percibir y experimentar un entorno placentero, satisfactorio e inclusivo que proporcione ocasiones para superarse social y académicamente es un factor de protección ante el desajuste (Gerard y Buehler, 2004). Por el contrario, percibir la escuela de una manera más negativa, con sentimientos de soledad y frustración se relaciona con estrés psicológico y estados emocionales negativos (Cole et al., 1999; Crystal et al., 1994).


Las preocupaciones de los padres

classroom-2394281_1920La Educación Secundaria supone un trato diferente al alumno, mayor libertad de movimiento e independencia, menor control por parte del profesorado, pero también mayor responsabilidad y esfuerzo. El nivel de exigencia se incrementa, por lo que el trabajo y rendimiento del alumno debe intensificarse con respecto a la etapa anterior. Por este motivo, algunos padres pueden preguntarse si sus hijos están los suficientemente preparados y tienen la madurez necesaria para afrontar el reto a nivel académico.

Además, en el paso de la etapa de Educación Primaria a Secundaria, los cambios escolares se combinan con el inicio del período adolescente. A menudo los padres se sienten intranquilos preguntándose si sus hijos se adaptarán con éxito a los nuevos retos no sólo educativos, sino también a nivel social y emocional. ¿Cómo percibe este cambio mi hijo? ¿Puede llegar a afectar a su rendimiento académico? ¿Cómo se encontrará en el nuevo ambiente? Estas son algunas de las preguntas que muchos padres se plantean ante la entrada en el instituto de sus hijos.


Algunas pautas

¿Cuál es la mejor manera de apoyar a tus hijos y alumn@s cuando se enfrentan al instituto? A continuación, algunas ideas para ayudarle y comprenderle.

  • Pregunta, escucha, comprende y apóyale en el manejo de sus expectativas ante el inicio del curso.

  • Identifica y evita transmitirle tus propias preocupaciones.

  • Comunícate con él/ella, transmítele seguridad y apoyo sin restarle independencia y responsabilidad sobre sus resultados académicos y comportamiento.

  • Mantén contacto con el tutor y sigue la evolución en el centro: anticipa posibles dificultades y comparte cualquier problema que se detecte.

  • Facilítale el estudio, fomentando la adquisición de hábitos, técnicas y competencias.

  • Fomenta la resiliencia y la tolerancia a la frustración ante posibles fracasos en la etapa inicial: resalta que adaptarse a algo nuevo siempre conlleva su tiempo.


Referencias

  • Alspaugh, J.W. (1998). Achievement loss associated with the transition to middle school and high school. Journal of Educational Research, 92, 1, 20-25.
  • Anderson, L., Jacobs, J. Schramm, S. y Splittgerber, F. (2000). School transitions: beginning of the end or a new beginning? International Journal of Educational Research, 33, 325-339.
  • Ashton, R. (2008). Improving the transfer to secondary school: how every child’s voice can matter. Support and Learning, 23 (4), 176-182.
  • Brown, E., Kendall, L., Teeman, D. y Ridley, K. (2004). Evaluation of excellence in cities primary extension: a reporto d the transition strand study.
  • Cole, D. A., Peeke, L., Dolezal, S., Murray, N., & Canzoniero, A. (1999b). A longitudinal study of negative affect and selfperceived competence in young adolescents. Journal of Personality and Social Psychology, 77, 851–862
  • Crockett, L. J., Peterson, A. C., Graber, J. A., Schulenberg, J. E., & Ebata, A. (1989). School transitions and adjustment during early adolescence. Journal of Early Adolescence, 9, 181–210.
  • Crystal, D. S., Chen, C., Fuligni, A. J., Stevenson, H. W., Hau, C.-C., Ko, H.-J., et al. (1994). Psychological maladjustment and academic achievement: A cross-cultural study of Japanese, Chinese, and American high school students. Child Development, 65, 738–753.
  • Eccles, J. (2004). Schools, academic motivation and stage-environment fit. En R. Lerner y L. Steinberg (Eds.) Handbook of adolescent psychology (pp-125-153). Hoboken, NJ: Wiley.
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  • Fernández, M. (2011). Del desapego al desenganche y de éste al fracaso escolar. Propuesta educativa, 35, 85-94.
  • Fernández, M., Mena, L. y Riviere, J. (2010). Fracaso y abandono escolar en España. Colección Estudios Sociales, 29. Barcelona: Obra Social Fundación “La Caixa”.
  • Galton, M., Morrison, I. y Pell, T. (2000). Transfer and transition in English schools: reviewing the evidence. International Journal of Educational Research, 33, 341-363.
  • George, R. y Browne, N. (2000). ‘Are you in or are you out?’ An exploration of girl friendship groups in the primary phase of schooling. International Journal of Inclusive Education, 4, 289-300.
  • Gerard, J. M., & Buehler, C. (2004). Cumulative environmental risk and youth maladjustment: The role of youth attributes. Child Development, 75, 1832–1849.
  • Graber, J. A., & Brooks-Gunn, J. (1996). Transitions and turning points: Navigating the passage from childhood through adolescence. Developmental Psychology, 32, 768–776.
  • Graham, C. y Hill, M. (2003). Negotiating the transition to secondary school. Spotlight, 89.
  • Monarca, H., Rappoport, S., & Fernández González, A. (2012). Factores condicionantes de las trayectorias escolares en la transición entre enseñanza primaria y secundaria. Revista española de orientación y psicopedagogía23(3).
  • Pratt, S. y George, R. (2005). Transferring friendship: girls’ and boys’ friendships in the transition from primary to secondary school. Children & Society, 19, 16-26.
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  • Salmela-Aro y Tynkkynen, L. (2010). Trajectories of life satisfaction across the transition to post-compulsory education: do adolescents follow different pathways?. Journal of Youth and Adolescence, 39, 870-881.
  • Salmela-Aro, K., Kiuru, N., & Nurmi, J.-E. (2008). The role of educational track in adolescents’ school burnout. British Journal of Educational Psychology, 78, 663–689.
  • Seidman, E., Allen, L., Aber, J.L., Mitchell, Ch. y Feiman, J. (1994). The impact of school transitions in early adolescence on the self-system and perceived social context of por irban youth. Child Development, 65, 507-522.
  • Shaffer, D. R., & del Barrio Martínez, C. (2002). Desarrollo social y de la personalidad. Madrid: Thomson.
  • Tram, J. M., & Cole, D. A. (2006). A multimethod examination of the stability of depressive symptoms in childhood and adolescence. Journal of Abnormal Psychology, 115, 674–686
  • Weller, S. (2007). Sticking with your mates? Children’s frienship trajectories during the transition from primary to secondary school. Children & Society, 21, 339-35       © Psise: Servicio de Psicología Clínica del Desarrollo. Unidad de Observación y Diagnóstico Funcional.