A pesar de su aparente sencillez, no todos seguimos los procesos de aprendizaje de manera natural y del mismo modo. Esto ha provocado que el estudio de las Dificultades de Aprendizaje se haya visto incrementado en las últimas décadas (Sánchez et al. 2012; Santiuste y Beltrán, 2000).
La denominación de Dificultades de Aprendizaje (en adelante DA) aparece oficialmente por primera vez de la mano de Samuel Kirk (1963, 1971), como “una alteración o retraso en el desarrollo en uno o más de los procesos del lenguaje, habla, deletreo, escritura, o aritmética que se produce por una disfunción cerebral y/o trastorno emocional o conductual y no por un retraso mental, depravación sensorial o factores culturales o instruccionales”. No obstante, esta denominación ha ido quedando parcialmente obsoleta, y hoy en día ya no resulta suficiente referirnos a las dificultades en la lectura, la escritura y/o las matemáticas, sino que la aparición de nuevos problemas la ha colmado tanto de contenidos que el término pierde su utilidad si no es matizado.
Las pruebas psicométricas (Torgesen et al. 2012) cumplen un papel importante en la detección de las DA, pero no son suficientes, ya que difícilmente miden lo que se da en la realidad escolar de enseñanza-aprendizaje. También es necesario medir el proceso, de modo que se evalúen los problemas que pueda presentar el estudiante en el mismo. Se impone, por tanto, la necesidad de explicar las DA en un marco lo más exacto posible de la situación en la que ocurren.
Las DA son consecuencia de problemas de alteraciones neuropsicológicas que provocan retrasos en el desarrollo de algunas funciones psicológicas fundamentales, directamente implicadas en el aprendizaje de la lectura, escritura y las matemáticas (cálculo y resolución de problemas). Estas alteraciones neuropsicológicas no dependen de alteraciones sensoriales, cognitivas o cualquier otra. Por tanto, no se trata de un déficit sensorial, ni tampoco intelectual. No tienen que ver con la privación social, aunque en el caso de que exista, las dificultará aún más.
Las áreas fundamentales de DA son:
- la lectura (dislexias), relacionada con descodificación de mensajes, letras y comprensión lectora;
- la escritura (disgrafías), relacionada con escribir (trasladar a letra, oído o grafía) y composición escrita;
- las matemáticas (discalculias), relacionadas con cálculo y solución de problemas.
Las dificultades que se presenten, en principio dificultarán el resto de aprendizajes (sobre todo, lectura y escritura por su necesidad para acceder a la información).
Los alumnos con dificultades específicas en el aprendizaje de la lectura y escritura son alumnos de 9, 10 años en adelante, que cometen errores de lectura o escritura de manera regular o persistente. Este último requisito es fundamental para determinar la presencia o no de dificultades de aprendizaje, aunque exista irregularidad: por ejemplo, el alumno no siempre omite la “r”, confunde la “t” y la “d”, o se equivoca en una determinada palabra. También pueden darse errores de tipo ortográfico (“uebo” por “huevo”), errores de conversión grafema-fonema (“turneo” por “trueno”), errores relacionados con la separación de palabras (“lacasa” por “la casa”), e incluso errores de expresión o comprensión. Estas distinciones son especialmente importantes para la intervención en DEAL, ya que la ayuda que ofrezcamos dependerá de la precisión con la que identifiquemos las dificultades.
Referencias
- Kirk, S.A. (1963). Behavioral diagnosis and remediation of learning disabilities. En Procedings of the conference on exploration into the problems on the perceptually handicapped child. First annual meeting, vol. 1. Chicago, 6 de abril de 1963.
- Kirk, S.A. (1971). Psycholinguistic learning disabilities diagnosis and remediation. Champaign: University of Illinois Press.
- Sánchez, E., Ciga, E., García, E. y Rueda, M., I. (2012). La intervención en las dificultades de aprendizaje de la lectura: qué necesitan “aprender” quienes se encargan de desarrollarla. Madrid: AELFA.
- Santiuste, V. y Beltrán, J. (Coords.) (2000). Dificultades de aprendizaje. Madrid: Síntesis.
- Torgesen, J.K., Wagner, R.K., y Rashotte, C.A. (2012). Test of Word Reading Efficiency. Austin: Pro-ED, Inc.