Las expectativas parentales influyen tanto en la forma en que los hijos perciben sus capacidades, como en el esfuerzo y la relevancia que otorgan a los resultados académicos. Indirectamente, los padres transmiten un mensaje a los hijos acerca de la percepción (subjetiva) que tienen sobre sus capacidades, la importancia del esfuerzo y ciertas metas a alcanzar. En los casos en que las expectativas parentales son más elevadas, pueden servir como impulso para avanzar y esforzarse en el ámbito académico.
Otra forma de apoyar el rendimiento académico de los hijos se encuentra en la implicación parental en los aspectos de la vida académica. Aspectos como el apoyo con los deberes, la comunicación con los profesores, la participación en actividades escolares y el fomento de actividades estimulantes influyen en el desarrollo de competencias académicas y favorecen buenas condiciones para el aprendizaje.
El papel de la familia es el de encontrar una forma de transmitir estas expectativas al alumno, generando confianza, manteniendo siempre expectativas razonables y alcanzables, y aceptando que se va mejorando por el camino. Lo importante es buscar el equilibrio entre los propios deseos y fantasías personales como padres y los deseos, expectativas y necesidades de los hijos para que aprendan a sentirse satisfechos con sus propios resultados, a aceptar los errores y a encontrar la motivación para seguir avanzando.