El concepto que los niños y adolescentes tengan de sí mismos y de sus propias capacidades a la hora de enfrentarse a las tareas académicas determina en gran medida su rendimiento académico. La autoeficacia influye en el tiempo de estudio, esfuerzo empleado y previene el abandono de la tarea antes de su finalización.
La relación de las atribuciones causales con la motivación académica reside, no tanto en las causas concretas a las que se atribuyan los resultados, como en las propiedades de las mismas. Se puede distinguir entre estilos atribucionales adaptativos (que favorecen la motivación académica, fomentan el esfuerzo y la creación de un autoconcepto positivo) y desadaptativos (relacionados con autoconceptos negativos, que sirven como “excusa” para los fracasos o que limitan la motivación y confianza del estudiante).
Desarrollar confianza en las propias capacidades resulta esencial para el afrontamiento de los retos de la vida académica.