La prevalencia de los trastornos afectivos-depresión en la infancia y adolescencia en España se estima alrededor del 2% en niños y del 4-8% en adolescentes, aumentando progresivamente con la edad.
Los niños y adolescentes carecen de las vías adultas para expresar su malestar, aunque poseen otras propias, que el adulto no siempre consigue interpretar en la dirección adecuada.
La identificación de la depresión en la infancia y la adolescencia a menudo resulta complicada para los padres y profesores, en cuanto no presenta la misma sintomatología que en el caso adulto: en muchas ocasiones puede pasar desapercibida o confundirse con otro tipo de alteraciones. Los niños suelen mostrar más síntomas de tipo ansioso y somático, irritabilidad, frustración y problemas conductuales. Los adolescentes tienden a presentar con mayor frecuencia alteraciones del apetito, del sueño, deterioro del funcionamiento previo (ej. bajo rendimiento), problemas conductuales e incluso ideación suicida.
