Los Trastornos de la Modulación Sensorial (Sensory Modulation Disfunction – SMD) se caracterizan por una dificultad en la regulación emocional y comportamental, así como de las habilidades motrices, en respuesta a la estimulación sensorial, en los primeros años de vida del niño.
Implican una dificultad a nivel sensorial o de integración perceptiva en uno o más sentidos y pueden afectar negativamente al desarrollo y a las capacidades a nivel comportamental, emocional, motor y cognitivo del niño.
Los Trastornos de la Modulación Sensorial pueden presentarse con dos principales patrones comportamentales: a) búsqueda de sensaciones (caracterizado por inatención, pobre control de impulsos e hiperactividad); b) evitación sensorial (caracterizado por una atención principalmente hiperfocalizada).
Por otro lado, en función del umbral de sensorialidad (alto o bajo) y del estilo de respuesta de auto-regulación (activa o pasiva) del niño ante la estimulación, se han clasificado tres distintos tipos de trastornos de la regulación del procesamiento sensorial: 1) Hipersensitivo (miedoso/cauteloso vs. negativo/desafiante); 2) Hiposensitivo; 3) Impulsivo o buscador de estimulación.