Velocidad de procesamiento

Angelina Raganato

La velocidad de procesamiento es una función cognitiva de tipo ejecutivo. Consiste en la capacidad de llevar a cabo, de manera rápida, ejercicios o tareas cognitivas con baja carga de procesamiento, que se pueden realizar de forma automática o inconsciente, y que requieren del mantenimiento de la atención (Lucero, 2012). Se define en función del tiempo que la persona requiere para completar una tarea cognitiva, desde el momento en que se presenta el estímulo hasta que se proporciona una respuesta (Formoso et al., 2018; Noreña, et. al, 2010).

La velocidad de procesamiento se considera como uno de los componentes de la inteligencia. Históricamente se ha incluido entre sus componentes en el la medición y desarrollo teórico del concepto de inteligencia desde principios del siglo XX (Wechsler, 2014, 2012, 2008, 1944; Horn, 1985, 1988, 1991; Masunaga & Horn 2001; Vernon, 1988; Jenkinson, 1983; Jensen, 1982; Thurstone, 1934, 1938; Galton, 1909).

Hallazgos actuales de investigación en psicológica y neuropsicológica subrayan que la velocidad de procesamiento de la información es un elemento clave en la capacidad para pensar, razonar y recordar (Kail, 2000). Según algunos autores, se relaciona con competencias de exploración, organización, y discriminación veloz y eficiente de la información visual sencilla (Lucero, 2012). También se ha relacionado con competencias de inhibición o control de impulsos, con la motivación y la capacidad para razonar (Valdéz, 2015; Da Silva, Muñoz y Guerrero, 2015).

Velocidad de procesamiento, memoria de trabajo y razonamiento

Según algunos autores, la velocidad de procesamiento, la memoria y el razonamiento son funciones cognitivas que evolucionan con la edad. Fry y Hale (1996), en su hipótesis de la “cascada evolutiva” propusieron una forma de interdependencia entre estas tres funciones, indicando un proceso en el que “la velocidad de procesamiento aumenta, conduce a mejoras en la memoria de trabajo, y el aumento de la memoria de trabajo, por su parte, incrementa la capacidad de razonamiento y resolución de problemas” (p.237).

Distintas investigaciones en psicología evolutiva han indicado que, durante la infancia y adolescencia, se produce un incremento en la velocidad de procesamiento (Bretón y Castro, 2017; Droit y Zélanti, 2013; Roselli, Matute y Ardila, 2010; Hale, 1990; Kail, 1991a,b), así como también en otras funciones cognitivas como la memoria a corto plazo (Dempster, 1981) y la capacidad de razonamiento (Wecshler, 1981; Court y Raven, 1982).

Este incremento se ha relacionado con un aspectos de maduración de la comunicación y función neuronal (Myerson et al. 1990). Desde este punto de vista, se ha indicado que la infancia y adolescencia son periodos en los que se producen cambios neurales relevantes, como el número de conexiones en el sistema nervioso central (Huttenlocher, 1979) o el aumento de la mielinización (Yakolev y Lecours, 1967).

Por otro lado, algunos estudios han sugerido que las diferencias individuales en la memoria de trabajo pueden estar relacionadas con la velocidad de procesamiento y la inteligencia (Jensen,1993). Es decir, que la capacidad para razonar y resolver problemas requiere de la información que la persona mantiene en la memoria a corto plazo, y que se considera sujeta a pérdida ya sea por interferencia o decaimiento.

Como consecuencia, una mayor velocidad de procesamiento favorece una mayor probabilidad de permitir el razonamiento antes de que la información necesaria para realizar la tarea se pierda (Jensen, 1993; Miller y Vernon, 1996). También se ha hipotetizado que si la cantidad de información que la persona mantiene en la memoria limita la capacidad para razonar, mayores competencias de memoria de trabajo podrían estar asociadas con una mejor capacidad de razonamiento (Just y Carpenter, 1992).

velocidad de procesamiento

Velocidad de procesamiento y rendimiento académico

Además de su influencia sobre otras funciones como la memoria de trabajo y el razonamiento, ambas esenciales en el entorno académico, la velocidad de procesamiento tiene una influencia relevante en el rendimiento y en los resultados académicos de los estudiantes.

Todas las tareas académicas están relacionadas con procesar información y resolver problemas por lo que se verán influidas por una menor velocidad en la exploración y ejecución de la tarea. Por otro lado, tomando en consideración que el entorno escolar habitualmente se rige por tiempos limitados en la ejecución de las tareas, una menor velocidad puede suponer también que, en algunos casos, el estudiante no llegue a finalizar las tareas que se le exigen dentro del tiempo destinado a las mismas.

Algunas investigaciones han relacionado las dificultades en la velocidad de procesamiento como un factor de riesgo común en trastornos del neurodesarrollo habitualmente relacionados con dificultades académicas, como el TDAH o el trastorno del aprendizaje de la lectura (Shanahan et al., 2006; Willcutt et al., 2005, 2001).

Por cuanto atañe a la lectura, Wolf y Bowers (1993, 1999) en su hipótesis del déficit dual de la dislexia, hipotetizan la posibilidad de que las dificultades de denominación rápida (Rapid Speed Naming) se relacionen tanto con una dificultad de procesamiento fonológico como en la propia velocidad de denominación. Según esto, tanto la denominación rápida de estímulos visuales familiares como la lectura fluida requieren la integración de mecanismos peceptivos, atencionales y de denominación, con el objetivo de relacionar estímulos visuales y códigos fonológicos.

La hipótesis del déficit dual considera que los problemas de automatización observados en la dislexia pueden ser en parte fonológicos, pero también parcialmente debidos a dificultades temporales en el procesamiento y en la velocidad perceptiva (Kail y Hall, 1994, 1999; Wolf y Bowers, 1993, 1999). En línea con esta hipótesis, algunos estudios en personas con dislexia han observado dificultades en tareas de velocidad de procesamiento menos dependientes de competencias lingüísticas, como la transcodificación de símbolos o la exploración visual izquierda-derecha (Kail & Hall,1994, 1999; Catts et al., 2002; Willcutt et al., 2005, 2001).

Por otra parte , otras investigaciones han indicado dificultades de velocidad de procesamiento en las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (Willcutt et al., 2005, Wechsler, 2003; Woods, Lovejoy, & Ball, 2002), incluso llegando a considerar las puntuaciones en velocidad de procesamiento como uno de los mejores predictores de los síntomas de inatención en el TDAH (Chhabildas et al., 2001; Rucklidge & Tannock, 2002; Weiler et al., 2000, van der Meere et al., 1995).

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Cómo citar este artículo: Raganato, A., Alonso, C. & Iandolo, G. (2021). Velocidad de procesamiento. Artículo electrónico en psisemadrid.org