La experiencia subjetiva de la ansiedad es una reacción mental, fisiológica y comportamental intensa ante un sentimiento de peligro inminente. El contenido del elemento considerado como peligroso y generador de los síntomas de ansiedad puede ser tanto un elemento identificable como no identificable para la persona (consciente/inconsciente) y encontrarse tanto en el entorno actual como estar ausente (real/imaginario).
Mientras que determinadas situaciones de ansiedad transitorias son esperables en relación con el desarrollo y las nuevas experiencias, un trastorno de ansiedad se caracteriza por la presencia de ansiedad de manera intensa o continuada, que puede generar una interferencia en la vida cotidiana y el manejo de las experiencias propias de la edad.
¿Qué diferencia hay entre la ansiedad y el miedo? Según Barlow (1988), es necesario diferenciar el miedo y la ansiedad o “aprensión ansiosa”, ya que la aprensión ansiosa consiste en una combinación difusa de emociones orientada hacia el futuro.

¿Cómo afecta la ansiedad al nivel de bienestar de las personas?
- A nivel cognitivo, un nivel de ansiedad moderada puede llegar a estimular la actividad cognitiva, mientras que en los niveles más severos puede dificultar los procesos cognitivos y el pensamiento en general. También puede interferir con el sueño, la alimentación, el aprendizaje y las relaciones.
- A nivel fisiológico o somático, las respuestas se relacionan con aumento de la tasa cardíaca, aumento o disminución del ritmo de la respiración, pupilas dilatadas, aumento de la tensión muscular, eccemas y neurodermatitis, dolores musculares o dificultades en el funcionamiento gastrointestinal.
- A nivel comportamental, en las personas con niveles altamente ansiosos son comunes las pesadillas, dificultades en el sueño y la alimentación y, en el caso de los niños, la aparición de conductas regresivas.
- A nivel de relaciones interpersonales, éstas pueden verse interrumpidas o alteradas por los trastornos de ansiedad, así como también las actividades sociales y el aprendizaje.

Ansiedad infantil
La ansiedad suele ir asociada normalmente a elementos estresantes más propios de la vida adulta o de la adolescencia, sin embargo, la ansiedad puede encontrarse desde las primeras etapas del desarrollo.
La ansiedad puede aparecer incluso antes de que el niño esté preparado para enfrentarse a ella de manera efectiva, ya que la capacidad para regular las respuestas y manejar la ansiedad se adquiere de manera progresiva a través de la experiencia, modificándose por tanto a lo largo del desarrollo. De esta manera, a medida que el niño madura, progresivamente será capaz tanto de manejar la ansiedad de una forma más efectiva como también de manejar mayores niveles de ésta.
En los niños más pequeños puede resultar complicado distinguir entre los miedos evolutivos esperables y la ansiedad excesiva e inapropiada. Entre los 7 y los 12 meses, la mayoría de los niños desarrollan temor a los extraños y expresan malestar al ser separados de sus cuidadores. Estos temores pueden manifestarse de forma especialmente intensa entre los 9 y los 18 meses y normalmente tenderán a desaparecer alrededor de los 2 años y medio.
Las manifestaciones de la ansiedad en los niños pueden incluir desde sentimientos de miedo intenso hasta síntomas somáticos, rechazo al colegio o episodios agudos de ansiedad. En su forma más extrema, puede existir temor a una muerte inminente, mientras que en formas menos intensas el niño puede describir preocupaciones vagas o nerviosismo. De forma frecuente, en los niños la ansiedad se ve relacionada con aspectos relativos a la seguridad tanto propia como ajena (miedo a la enfermedad, pérdida o daño en los progenitores, etc.) o a las consecuencias imaginadas de una situación.
En algunos casos se puede tratar de episodios transitorios, mientras que en otros puede alcanzar una intensidad que llegue a interferir con el funcionamiento del niño. Además del desarrollo y aspectos relativos al nivel de madurez del niño, el curso de los distintos trastornos es muy variable en función de las propias características del niño y de su entorno. Los patrones familiares, las relaciones con los pares, el ambiente escolar y la estabilidad interna del niño juegan un papel importante en el curso de la ansiedad infantil.

Ansiedad en adultos
Ansiedad en niños
Referencias
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- Reiss, S. (1980). Pavlovian conditioning and human fear: An expectancy model. Behavior Therapy, 11(3), 380-396.
- Strauss, C. C. (1990). Anxiety disorders of childhood and adolescence. School Psychology Review.
- Warren, S. L., Emde, R. N., & Sroufe, L. A. (2000). Internal representations: Predicting anxiety from children’s play narratives. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 39(1), 100-107.
- ZERO TO THREE (2005) Diagnostic classification of mental health and developmental disorders of infancy and early childhood: Revised edition (DC:0-3R). Washington, DC: Zero to three Press.
© Psise: Servicio de Psicología Clínica del Desarrollo. Unidad de Observación y Diagnóstico Funcional.