Espacio psicosocial para familias: “Lo que se puede hacer en mi familia”

En la sesión del pasado 15 de julio del espacio psicosocial para familias de personas con TEA “Lo que se puede hacer en mi familia”, estuvimos comentando las rutinas, intereses e interacciones en cada familia.  

El rol de los padres no es un trabajo sencillo, sino que se trata de todo un viaje por un laberinto de sensaciones, lleno de momentos felices, pero también con momentos de duda, tristeza, enfado, cansancio… que exigen una constante adaptación a las etapas y necesidades para cumplir con las funciones parentales de cuidar y educar a los hijos. La necesidad de ir adaptándose surgió varias veces durante la sesión, ya que no todas las etapas evolutivas son iguales, y no podemos decir que una sea más difícil que otra, simplemente son diferentes.

Una aportación muy interesante a la sesión la realizó una madre, que actualmente se encuentra lidiando con el sentimiento de culpa porque su hijo adolescente con Síndrome de Asperger le reprocha que no le entiende. A raíz de este tema surgen dos líneas de discusión relevantes: por un lado, el periodo de la adolescencia como etapa evolutiva y, por otro, la conciencia de sus diferencias en un adolescente con desarrollo atípico.

La adolescencia es una etapa de CAMBIOS, de cambios con mayúscula, porque se producen cambios hormonales, físicos, emocionales, en las relaciones, en los pensamientos… Una etapa del desarrollo que va a afectar a los jóvenes y a su entorno familiar.  La relación de padres e hijos sufre una transformación, ya que los adolescentes comienzan a intentar ganar en autonomía, definir una identidad personal más allá de la familia, y a ver a sus padres desde una posición de mayor igualdad, lo que hace que puedan producirse conflictos y discusiones de manera más frecuente.

Los jóvenes con trastornos del neurodesarrollo también pasan por los cambios característicos de la adolescencia, pero con la dificultad añadida que puede suponer su diagnóstico. Por ejemplo, pueden experimentar mayor dificultad para comprender y expresar los cambios emocionales, dificultad en “leer” las emociones o incluso intenciones de los demás, etc. Por otro lado, se trata de una etapa en la que se les exige ser más independientes, tener más responsabilidades, tomar decisiones y, en algunos casos, pasar de su colegio habitual al instituto.

Otro aspecto que resaltan las familias en cuanto a los adolescentes con TEA es la relación con los iguales, indicando que aquellos que tenían buenos amigos en el colegio pueden comenzar a experimentar algunas dificultades en las relaciones. “Les llaman pesados y ya no quieren compartir igual que antes” o pueden experimentar algunas dificultades en la comprensión de la nueva forma de relacionarse en esta etapa como, por ejemplo, con respecto a las relaciones románticas.

Varias familias resaltaron que durante la adolescencia y, especialmente en las situaciones sociales con los iguales, los jóvenes con TEA comienzan a ser más conscientes de sus diferencias y dificultades con respecto a sus compañeros con desarrollo típico. Justamente esta mayor consciencia, junto a los cambios físicos y emocionales que acompañan a la adolescencia, hace que en algunos casos se pueda ser más susceptible de padecer malestar emocional, ansiedad o depresión.

Tanto para las familias como para los profesionales que trabajan con población infantojuvenil (con desarrollo típico y atípico) es importante tener muy presente que la adolescencia es una etapa de gran estrés y vulnerabilidad para muchos jóvenes. En el caso concreto del chico con Síndrome de Asperger, que indicaba sentirse muy poco comprendido por su madre, debemos destacar la necesidad de apoyo tanto para el adolescente como a su madre.

Situaciones sociopolíticas complejas como el instituto, la universidad, la búsuqeda de trabajo así como de nuevas relaciones sociales y románticas se pueden convertir en un reto difícil de afrontar sólos: es importante el apoyo coparental, las relaciones familiares, de amistad y, si fuera necesario, el apoyo profesional.

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